martes, 20 de octubre de 2015

Solamente un suspiro




Ya no era una niña y casi ni recordaba desde cuando no era feliz, añoraba unos brazos que la apretaran al despertar, unos labios que la despidieran antes de dormir, una sonrisa que la hiciera feliz. 

Su madurez no le había hecho perder su belleza, al contrario la había serenado. Tras años de duro trabajo había comprendido que solo dependía de ella y había tejido una coraza alrededor de su corazón. 

Esos preciosos ojos habían visto pasar los minutos, las horas, los días sin perder un ápice de dulzura, una dulzura que contagiaba, que irradiaba a todas las personas que se acercaban a ella.  
 
Un día dijo basta. Quiero ser feliz hoy y todos los días de mi vida. 

Bendita decisión. 

Y se sumergió de nuevo en el amor, en un amor que la ansiaba tanto como ella, en un amor que se alimentaba de sus sonrisas, de sus besos, de sus caricias, de sus miradas.


Y se dejó consumir de felicidad.
  

Solamente un suspiro 


Es lo que me aparta de tus besos, 
Es lo que me aparta de ti.





 

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