lunes, 30 de enero de 2023

Morir de amor....

Desde que tengo uso de razón me he acostumbrado a oír canciones en otros idiomas. Así como cuando nos habla alguien en un idioma desconocido nos causa sorpresa, incluso desazón, esto no sucede con las canciones.

¿Quién no ha tatareado estribillos que no sabe lo que significan?

A mi me gusta desde hace algún tiempo arañar en las letras de estas canciones para descubrir la sorpresa que cada una de ellas lleva dentro. Canciones bellísimas que relacionamos con momentos de amor y ternura han resultado con una simple traducción ser letras enérgicas y crueles que me han causado cierto desazón.

A mi que siempre me ha gustado escribir me resulta maravilloso ver la letra de algunas canciones. Mira que es difícil condensar en unas pocas frases una idea, resumir un sentimiento, hablar de una vida, y hay canciones que lo consiguen emocionando al que las escucha al mismo tiempo.

No hay como escuchar una canción cuando uno esta pasando por unas circunstancias especiales, ya sea de felicidad, de amor o de sufrimiento. Solo con oírla hace que se desencadene un torbellino de sentimientos incontrolados dentro de ti.

Me gustaría que hoy os dejarais sorprender por la letra de la canción de uno de los cantantes españoles que mas admiro: Miguel Bose. Con los años he descubierto en el una sensibilidad fuera de lo común.

La canción lleva por titulo Morir de amor.


Qué es morir de amor 
Morir de amor por dentro? 
Es quedarme sin tu luz 
Es perderte en un momento... 
¿ Como puedo yo decirte que lo siento ? 
Que tu ausencia es mi dolor 
Que yo sin tu amor me muero 

Morir de amor 
Despacio y en silencio sin saber… 
Si todo lo que he dado te llegó… a tiempo 


Morir de amor 
Que no morirse solo en desamor... 
Y no tener un nombre que decirle al viento 
Yo no sé muy bien… que es lo que está pasando 
Tengo seco el corazón 
Y es de haber llorado tanto... 
No me quedan más... 
Que dos o tres recuerdos 
Una carta , alguna flor... 
Un adiós muy corto y un te quiero...




martes, 24 de enero de 2023

El pincel



Eres la herramienta, el culpable y a la vez el artífice.

Lo eres todo.

Tú transformas un lienzo blanco en una obra de arte, te dejas influir por una mano que te lleva a recorrer el cielo de la inspiración y de la dulzura a su lado.

Eres lo que el color a las flores, el susurro para el amor, los ojos para la vida.

Y te has acostumbrado a saborear los colores, uno a uno para todos juntos llevar la hermosura a nuestros corazones….




miércoles, 4 de enero de 2023

Cada año bajaba a aquella playa


Una noche, daba igual cual, me escapaba después de la cena. Había hecho de esa rutina lo más importante de aquellos días de descanso veraniego en aquella ciudad.

Por el día la veía desde mi apartamento, es más la ignoraba a la hora de entrar en aquel mediterráneo que desde hacía muchos años ya era mi compañero y amigo, mi confidente y espejo de aquellas zozobras que inundaban mi alma.

Poco a poco me aleje de las luces del paseo, mis pies acariciaban la húmeda arena hasta llegar a las rocas. Allí siempre el mismo protocolo, dejar que mis ojos se acostumbraran y con los pies dentro del agua buscar una roca que me hiciera más cómoda mi estancia.

A partir de ahí todo era sencillo, cerrar mis ojos e imaginar esas olas que me golpeaban, era en aquel momento en el que mis pensamientos fluían a velocidad de vértigo hacia ese mar que me había adoptado como suyo.

Unos minutos más tarde sentí algo a mi lado, abrí los ojos y allí la vi, serena y hermosa, pero con unos ojos llorosos clavados en el mar. ¿Qué haces aquí? Le pregunte, no dijo nada, su mirada estaba tan perdida que dude incluso si me escuchaba. No podía apartar mis ojos de ella. Pensé que tendría frío, me quite la camisa y se la intente poner, pero con una de sus manos me aparto.

Seguí mirándola, intente adivinar desde cuando estaba ahí, en que momento había llegado e incluso le susurre lo bella que me parecía. Pero ni se inmuto, parecía una roca más, una parte integrante de aquella playa, de aquella noche.

Pasado cierto rato volví a mirar el mar, cerré los ojos y me pregunté en silencio que había cambiado esa noche, ese año, para que hubiera aparecido ella. De repente un suspiro, ven me dijo casi en silencio, acompáñame. Me cogió de su mano y entramos en el mar.



Fue mi último suspiro, mi último verano.