jueves, 30 de julio de 2015

Por fin en la playa



Aunque nací en tierras de secano siempre me ha apasionado el mar. Hace ya un tiempo que no lo contemplaba y ya tenía ganas. Al doblar aquella curva vi la mancha azul a lo lejos, ya estoy aquí pensé.

Llegamos a aquel hotel y rápidamente subimos a la habitación, lo justo para dejar las cosas y ponernos los bañadores. Nos dirigimos a la playa.

Hasta que no salimos de allí no apreciamos el calor que hacía esta mañana. Por la playa se perdona todo, pensé, adelante. Cargado con la sombrilla, la nevera y un par de sillas fui el primero en tocar aquella arena.

Ufff como quema…. empecé a andar sobre ella con movimientos posesos, mis pies se quemaban. Al llegar a la orilla mis pies descansaron, la frescura del agua curo en un instante todos mis males. Plaf, sentí un golpe brusco en mi oído, medio noqueado me volví, dos jóvenes estaban jugando con un balón en la orilla, mire alrededor.... alguna sonrisa y el mar azul. Que no haría por la playa.

Cuando pensé en descargar toda mi parafernalia me quede sorprendido, cuanta gente había este año, tendré que buscar un hueco detrás, vaya con lo que me gusta a mí mirar el mar, no importa, buscare.

Y allí estaba contemplando mi trozo de arena, me sentía un conquistador poniendo en vez de sombrilla una bandera. Acabo de conquistar esta playa…. Exclame en voz baja. 

Aun no me había sentado cuando un niñito muy pequeño atravesó mi toalla descargando un cubo con agua y arena encima de ella. Y no tiene padres este hi…. bueno calma, es casi un bebe, lo importante es que he venido a disfrutar de esta playa y nada ni nadie me lo va a impedir.

Saque mi gorra y me sente, eche mano a la nevera a coger una cervecita pero ¿Dónde está la nevera? Miré desconcertado a todos los lados y no esta. ¿Sería posible que me hayan robado la nevera? 

"El próximo año me voy a la montaña" dije en voz alta con un cabreo monumental. 

Eso ya lo dijiste el año pasado y mira donde estamos, dijo mi hijo pequeño mientras sonreía….





lunes, 27 de julio de 2015

Era todavía una niña



Pero no se comportaba así. 

Desde hacía bastante tiempo ya bregaba con una familia un tanto especial. A veces recordaba el terror que le producían aquellos gritos en la habitación de al lado. Ella lo recordaba con la luz encendida mirando a través de la ropa de la cama. Sus pelos erizados, su respiración entrecortada.

Al día siguiente la miraba a los ojos, su mirada se cruzaba con otra vacía, incapaz hasta de albergar odio. Mil veces se había preguntado porque seguían allí al lado de aquella persona pero no encontraba explicación, no la tenía.

No recordaba desde cuando la decepcionaba, hacía mucho tiempo ya.

Por eso cuando hoy salía a la calle se había contemplado contenta en el espejo, nunca sabrá nadie lo que ha pasado hoy aquí. Volvió la mirada y allí estaba el cadáver de su madre.

Ya no nos harás nunca más daño….





martes, 21 de julio de 2015

Una de aventuras


Cada día es una aventura. 

Una aventura que puede tener mil y una formas, puede ser alegre, feliz, ingenua, triste e incluso cruel.  

Pero esta aventura que quiero narraros hoy no será única, incluso os podrá resultar conocida porque está basada en un sueño y todos soñamos alguna vez. 

Hay dos clases de sueños, los que deseamos y los que nos asaltan en cuanto cerramos los ojos.

Y es uno de estos primeros el protagonista de esta historia, un sueño de los que tenemos con los ojos abiertos y que surgen solamente con desviar la mirada.

Ella soñaba casi todos los días, bastaba con sentarse tranquila al lado de la ventana y al momento comenzaba su aventura. Una vez más pensaba que salía de ese cuerpo que la atormentaba y comenzaba a volar como si fuera un pajarillo. Incluso uno de aquellos días se sintió una mariposa, la más bella mariposa que recorría el jardín, pero al sonreír pensaba que no quería tanto, le bastaba con un poquito para sentirse feliz.

Aquel día, decía, quiso subir más alto. Imagino que podía llegar a esas nubes que aquella tarde tapaban el sol, no tuvo ni que desearlo y ya estaba allí arriba, poco a poco otros pájaros la rodeaban intrigados, les debía de  parecer hermosa, ella la más hermosa…. No deseaba tanto, no podría soportarlo.


María, le hablaron al oído, vamos al baño. La enfermera empujo la silla de ruedas y se la llevo.