jueves, 18 de agosto de 2022

Un trabajo genial.


Me faltaban un par de meses para acabar los estudios, Había hecho arquitectura técnica por un calentón con mi padre que quería que hubiera sido médico. Realmente entonces me daba igual todo, mi sueño era hacer filosofía y tenía a todo el mundo en contra, pues ni para ti ni para mí, seré arquitecto, le dije a mi padre…

Poco a poco le he cogido el gustillo a esta carrera, pero realmente sé que no la llegaré a ejercer, seguro.

Esta mañana he visto un anuncio en Linkedin buscando gente a punto de licenciarse para una empresa de servicios. Me inscribiré a ver…


Han pasado ya dos años desde que conteste a ese anuncio, al principio todo parecía maravilloso, después vino la realidad, un montón de horas pegado a un teléfono para atender a personas que me llaman enfadadas para que yo les resuelva un problema, pobres ingenuas. Mis órdenes son hablar con ellas y prometerles que solucionaremos todo y aguantar, aguantar, sin contestar, sin venirme abajo ni decirles que todo es una gran mentira.

Mientras tanto estoy haciendo filosofía por la UNED, sé perfectamente que será muy difícil ganarme la vida con esa carrera, pero la necesito.

Por cierto, esta tarde me he encontrado con un compañero de la Uni y me ha preguntado por mi vida. Genial, le he contestado. ¿Y tú? Bien. Me ha dicho mientras se secaba la frente, tenemos que quedar, me ha dicho, cuando quieras le he respondido….




sábado, 6 de agosto de 2022

Noé



Y sonreías.


Jamás te había visto tan feliz como aquel día.


Déjame escribirte en un suspiro
Nombrarte sin aliento,
Susurrarte haciendo mía la distancia
De este roto corazón que te reclama.


Cuando me levante aquella mañana fui a verte a la cama. Solo había una cosa que me gustaba tanto como velarte los sueños, oír el rumor del mar contigo entre mis brazos.

Contemple tus ojos cerrados y el movimiento acompasado de tus labios al respirar. Me dieron ganas de abrazarte pero temí asustarte al salir de tus sueños.

Dios sabe lo que daría por meterme en tu mente en este momento, en ser protagonista de ese sueño, de cogerte de las manos y traerte hacia mí. Las lágrimas querían brotar de mis ojos pero me contuve, nunca me habías visto llorar.


Y te marchaste…


Rompiste cuerpo y alma, deseo y mente
Abandone la razón al perderte
La vida, la sonrisa, solo quedo un cuerpo inerte
Que a cada momento añora verte, tenerte, amarte.



Llevaba mucho tiempo preocupado, desde aquel día intentaba sonreír siempre que estabas a mi lado, pero era muy difícil. En tu cara, en tu cuerpo, en tus gestos la veía a ella. Yo sabía que lo estabas pasando mal y por eso intentaba tenerte siempre ocupada.


Hasta ayer.


Me encontré con mi amigo Cesar y me derrumbé. Le conté todo y en vez de consolarme me pego una bronca monumental. Lo que más me dolió es que me dijera que no te quería.


A ti, que eres la única razón de mi vida.


Entonces lo decidí. Busque una perrera, me costó mucho decidirme pero al final lo encontré, me marche corriendo a casa y solo con ver tus ojos al mirarlo por primera vez supe que había acertado. Allí estaba ahora echado a tus pies y mirándote con aquellos simpáticos ojos negros. Sé que no la sustituirá nunca pero intentaré que seas feliz desde aquel fatídico día en el que aquel coche oscuro la separo de nuestro lado



Le llamaste Noé, un nombre tan bonito como tú.



 

Miénteme…






Tenía tres gatos y un sobrino. No recordaba cuando fue la última vez que estuvo con un hombre.


En su pecho colgaba una medalla con forma de corazón y en su monedero llevaba una piedra.

La atesoraba desde aquel día.


Sus padres la llevaban todos los meses de julio a la playa. Era la menor de tres hermanos y tuvo la suerte de nacer mujer. A veces miraba el mar y se abstraía, sus hermanos se reían, pero a ella no le importaba.

Una tarde, recién cumplidos los 15, conoció a Javier. Paseaba sola cerca de la playa y él salía de bañarse. Sus miradas se encontraron y una sonrisa broto.

Después de unos días coincidiendo se unieron a las sonrisas las palabras, al principio conversaciones intrascendentes que dejaron paso a una mezcla de sueños y sentimientos.

Un día antes de separarse se agarraron de la mano y se sintieron felices, incluso pensaron que ese sentimiento sería eterno.

Javier le entrego a Luisa su tesoro, una piedra que le acompañaba desde hacía mucho tiempo. Ella le regalo un beso.

Sus corazones seguirían juntos toda la vida.

No lo volvió a ver nunca...


Luisa estaba a punto de jubilarse. Le asustaba la idea, ¿Cómo sería ese primer día de jubilada? ¿a qué hora se levantaría? ¿Qué haría durante todo el día?

Nunca había probado el alcohol, pero aquella mañana había comprado una botella de anís. Le habían dicho en la oficina que entraba muy bien, ¿entraba? Al principio no lo entendió.

Lo que si entendió es que no quería que llegara ese día, por eso se preguntaba si tendría valor de continuar con su idea, estaba asustada y a la vez tranquila, por eso creía que sería lo mejor.

Se aseguró de que nadie pasara por la calle, agarro en la mano su piedra y asiéndose a la ventana salto.



Fue realmente sencillo…



https://www.youtube.com/watch?v=imGaOIm5HOk

lunes, 1 de agosto de 2022

Pasaba por el puente.




Todos los días como un reloj, a las siete y cuarto de la mañana pasaba caminando por debajo de ese puente camino del trabajo. Podía hacer frío o hacer calor, podía llover o nevar, incluso hundirse el mundo, nada de eso pudo interferir en esa costumbre hasta aquella mañana.

Solía mirar el reloj de la iglesia cercana al pasar pero esa mañana mire al puente y me quede petrificado.

En medio de él estaba sentada una muchacha menuda. Su pelo rojo inflamaba la tenue luz de la mañana. Su expresión de inmensa pena y su mirada perdida en el agua me produjeron desasosiego ¿Qué hacía allí medio colgando del puente?

Mi mente empezó a buscar miles de causas que pudieran explicar esta situación, pero existía una que me atormentaba, la posibilidad de que estuviera contemplando un intento de suicidio.

Rápidamente tomo la decisión de subir y acercarse a ella. En aquel momento no sería consciente de las consecuencias que pudiera tener esa acción.

Poco a poco se fue acercando a ella. Intento no hacer ruido para no asustarla, cuanta más cerca estaba más bella le parecía, pensó incluso que podía ser una maravillosa sirena que había salido del río para encantarlo a él.

Parece mentira, pensó, que a mis 55 años se me ocurran estas cosas, más que sirena, lo que parece es una musa que ha llegado a mí para inspirarme. Yo me dedicaba en aquellos años a pintar en mis ratos libres, esta era una pasión que, aunque siempre la tuve, la había comenzado a desarrollar hacía unos pocos años.

Casi estaba a su lado cuando se volvió, Creí emocionarme al ver aquellos ojos tristes clavados en mí, realmente me pareció la mujer más hermosa que había visto nunca. Allí quede parado delante de ella, con nuestras miradas cruzándose y sin articular ninguno de los dos ni una palabra.

Pasados unos segundos volvió a mirar al río. Me acerqué y no dijo nada. Poco a poco me senté junto a ella y me puse a mirar el río con ella. Unos minutos después me atreví a hablarle.

¿Qué sientes? Le dije. Ella me volvió a mirar y no contesto. Otra vez quedamos allí mirando al río. Pasados unos segundos me dijo sin levantar la vista Allí esta mi abuela. Me quedé sorprendido, lo cierto es que no entendía nada. Mi abuela, continuo ella, era la persona que más he querido en este mundo.

Sentí el impulso de cogerle de la mano y ella no puso ningún impedimento, allí permanecimos un largo tiempo en silencio hasta que me volvió a mirar. Hace un rato he tirado sus cenizas a este río que amamos. Solíamos venir muchas tardes a sentarnos a su orilla y entonces ella me contaba historias de su vida.

La quería tanto...