domingo, 27 de marzo de 2016

Soy....



Soy un enamorado de la naturaleza, de las personas y de las imágenes.

Y aunque soñara mil años sería incapaz de imaginar la belleza que estas nos dan. Cuando tengo unos días libres me gusta sumergirme e intentar plasmarla. 

A veces pienso en la suerte que tengo en saber apreciar la belleza que me rodea. 

Una simple piedra, una planta, unos ojos me derrotan. Sé que no sería capaz de crear tanta belleza, pero también sé que tengo que mostrarla. 

Es una cuestión de supervivencia, yo no sería nada sin ella, un ser oscuro, un alma marchita que se consumiría en el tiempo de un minuto, de una hora, de un día, de una vida.

Pero tengo las imágenes y la poesía para intentar ser feliz.

Y te tengo a ti que eres todo eso junto. Me declaro admirador de tanta hermosura, espero que algún día sea capaz de reflejarla como la siente mi corazón…




viernes, 18 de marzo de 2016

La primera vez



La primera vez que actuó ya sintió ese cosquilleo. Era muy joven y no pudo dormir la noche anterior. Después de una complicada juventud intentando dedicarla a su pasión logró encajar en aquella escuela de comedia....


La llegada a Barcelona fue dura, sus padres le dieron todo el dinero que tenían, la felicidad de su único hijo era el objeto de su preocupación. Al dejarle marchar en aquel autobús su madre comprendió en un solo instante, que se marchaba con él toda su felicidad. 

Busco una pensión en el barrio de La Sagrera, fue lo más barato que pudo encontrar y se lanzó a conquistar sus sueños. Para sostenerse económicamente se dedicó a trabajar en todo lo que pudo, en esos años recogió fruta, fue panadero, pescadero y tendero. Descargo camiones y hasta algún que otro barco, pero al salir del trabajo era otra persona, se dedicaba a recorrer, preguntar y dejarse ver. 

Buscaba en la puerta de los teatros la oportunidad de conocer, de aprender de aquellos que admiraba y mientras tanto soñaba que algún día pisaría aquellos escenarios, que oiría los aplausos y los vítores. 

Bendita juventud, soñaba despierto. 

Una tarde de domingo se fijó en él una anciana. Ella siempre asistía a todos los estrenos que tenían lugar en aquel teatro. Se le acercó y lo observó. Después de un rato envió a uno de los porteros a buscarlo y le invito a ver la obra con ella. 

Estuvo toda la obra mirándolo, lloro al ver la emoción en sus ojos, en sus manos, en su cara, le recordaba tanto a ella…. 

Una vez acabada la obra le preguntó si sabía quién era ella. No, le contesto. Mejor, pensó. Mañana ven a las cinco y te presentare a unos amigos. Al día siguiente la anciana le presentó a un grupo de personas. A el le llamó la atención como era tratada por ellos, la reverenciaban e idolatraban. Lo presentó como su protegido y narro casi con sus mismas palabras el amor que él sentía por el teatro. 

A partir de aquel día fue feliz, primero en aquella escuela y después en una vida plenamente llena por el teatro y la comedia.

Con el paso de los años llegó a ser una gran figura del teatro, y cuando ya mayor decidió dedicarse un poco a sí mismo, hacia algo que ninguno de sus amigos comprendía:


Cada estreno recorría los alrededores del teatro buscándose.




 

martes, 15 de marzo de 2016

Subió al avión




Desde hacía un tiempo dormía mal. Lo cierto es que le atenazaba un doble sentimiento. Por un lado tenía muchas ganas de hacer ese viaje, casi imposible por otros medios, pero el miedo a esa experiencia nueva le preocupaba. 

Todos los días volaban cientos de aviones y casi nunca pasaba nada, pero ese era el objeto de sus preocupaciones. Era una persona inteligente y sabía lo que es el cálculo de probabilidades, por eso sabía que aunque fuera ínfima había la posibilidad de que todo saliera mal en ese vuelo y eso le desesperaba.

Aquella noche había dormido especialmente mal, lo achaco al nerviosismo del viaje pero en el fondo sabía que la verdadera preocupación no residía en el transito sino en la situación que se crearía al aparecer allí. 

Ese viaje era el objeto de muchos meses de cavilaciones, lo cierto era que le había costado mucho dar este paso, la eterna duda entre acertar o meter la pata le torturaba casi todas las noches. Creía que era una situación pasajera pero con el paso del tiempo comprobó que tenía un nuevo compañero de viaje.

Quedaban lejos las primeras noches en las que quiso distraer la situación a base de alcohol, malas compañías e incluso algún conato de pastillas, pero poco a poco se acostumbró.

Al pisar el avión sintió una fuerte sensación de ahogo, era el momento de iniciar una nueva vida y este era su pasaje hacia el amor y un futuro lleno de vida y alegría. Todo cambiaría en aquel vuelo, tenía la corazonada y por eso alternaba los momentos de euforia y de pena por toda la vida que dejaba atrás. 

La sensación fue intensa, con el primer empuje el corazón se le encogió, con las manos tensas se aferró al asiento tratando de ocultar su miedo, miro a su alrededor y contemplo a una anciana que la observaba sonriendo levemente, tranquila le dijo, agárrate a mi si quieres.

Poco a poco el impulso cedió, su corazón alborotado empezaba a volver a la normalidad cuando ocurrió. 

Casi no se enteraron. Un ruido intenso a su espalda y una ola de fuego que atravesó todo. Solo le dio tiempo a contemplar el rostro de la anciana que le miraba desencajada.


 

martes, 8 de marzo de 2016

Dia internacional de la mujer



Le sonaba el despertador a las 6. 


Todas las mañanas se levantaba a la misma hora. Una ducha rápida y a preparar comidas, desayunos y almuerzos, al salir de la habitación en silencio contemplaba a su marido, déjalo dormir pobre, pensaba, trabaja tanto.

A las 7 y diez ya tenía todo preparado, corría a despertar a los cuatro dormilones para sacarlos de la cama antes de marchar en el bus al trabajo. 

Un poco antes de las 8 estaba ya en el banco, hacía tiempo salía a las tres, incluso si algún día lo necesitaba marchaba a buscar rápidamente alguna urgencia, pero desde hace un par de años ya no podía salir antes de las seis de la tarde. 

Y lo peor es que esas horas de trabajo desaparecían al llegar la nómina….

Los tres mayores venían solos a casa, la pequeña la recogía en la academia a las 7. Apenas le daba tiempo de comprar las faltas. Al llegar a casa otra vez la actividad, coladas, limpiezas y la cena. A las 8 llegaba él, cogía una cerveza y desaparecía, pobre, habrá llevado mal día. 

Esa noche se había puesto nerviosa, la mayor había llegado tarde.

Después de la cena y mientras recogía le dijo a su marido que le pidiera explicaciones. Déjala… fue su respuesta.

Una vez recogido todo fue a hablar con ella, otra vez igual, provocación y desprecio, a sus dieciséis años se pensaba que ya era una mujer. 

Se fue a su baño y saco la bicicleta estática, casi se le saltaban las lágrimas mientras intentaba olvidar otro día igual. Cuando acabó fue a acostar a los chicos antes de la ducha, un beso en la frente y muchos te quiero que intentaban llenar un hueco vacío, vio a él dormido en el sofá, no lo quiso despertar.

Cuántas veces había imaginado de joven su vida, cuántas veces había pensado en disfrutar de una familia, de una vida llena de amor y emociones que le hiciera más llevadero su trabajo, lo cierto es que nunca había imaginado una vida así. 

Tendió y se acostó, era casi la una. Se durmió enseguida y antes de que se diera cuenta sonó el terrible despertador….

Ese día al llegar al trabajo el director, esa persona que la atosigaba y presionaba todo el día le dijo “Elena, feliz día de la mujer trabajadora” ella lo miró a los ojos y solo acertó a decirle… 


Vete a la mierda