miércoles, 16 de septiembre de 2015

Ese día...



Todos los días se levantaba la primera. Acostumbraba ver su reflejo al pasar por delante de las ventanas, aún era noche cerrada. 

No recordaba haberse levantado tarde nunca.

Ya cuando era pequeña su madre le había pedido que la ayudara, días después soportaba una parte muy importante de aquella casa. Nunca entendió jamás la razón que lleva a una mujer a  tener tantos hijos…. 

Dejo de tomar café cuando le dijeron que tenía alta la tensión, ella pensaba que era por tantas horas de trabajo cada día, pero el doctor había estudiado y ella no por lo que debía tener la razón.

Tampoco sabía lo que significaba la palabra amor y cariño. Ella, siempre encerrada en esa casa no había tenido tiempo jamás de pensar en esas cosas. 

Ya llegara con el tiempo y a su hora.

Pero ella no sentía que poco a poco se abandonaba, que aquel maravilloso pelo castaño cada vez tenía más canas, que esa cara mostraba ya las huellas de la edad. 

Ya vendrá cuando tenga que venir, se repetía una y otra vez.

Un día bajo a la calle, tenía que ir a la farmacia y sin querer miro hacia el cielo, le pareció maravilloso. Jamás se había dado cuenta de lo bonito que podía ser, y las nubes, y los pájaros, todo era especial. Al oírlos pensó que iba a explotar de felicidad, nunca lo hubiera imaginado. 

Aquella noche de día que la había poseído durante todos esos años le había impedido ver, le había robado sus sueños, la había traicionado. Al pasar por delante de un espejo se miró. Poco a poco recorrió su cuerpo con su mirada y se dio cuenta.

Ese día perdió los suspiros y encontró el llanto….




1 comentario:

  1. He leído algunos de tus relatos y lo he hecho como cuando miro un cuadro o una fotografía, no sabiendo si la luz es la correcta o su composición la mejor pero si se si me emociona y tus relatos lo han conseguido

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