lunes, 20 de julio de 2015

Siempre he sentido su atracción.


Cuando estoy cerca siento tu presencia en mí. 

Cuando me alejo añoro ese color, esa mirada hacia el infinito.

Este fin de semana he estado haciendo fotos cerca de él, aun siento su rumor, ese ritmo constante, esas olas que son capaces de dibujar una forma única cada vez que acarician con su espuma la orilla, pero sobre todo me gusta escucharlo en la soledad de la noche.

Ir a la playa cuando anochece, sentarme en la arena y mirar al infinito sin ver nada. Mi mente empieza a dibujar imágenes maravillosas que se funden con el sonido de las olas.

Me imagino en una barca que se mece al ritmo de la vida, dejandome llevar por los caprichos del viento y con mis manos sumergidas en tu cuerpo, intentando pintar con mis ojos tu hermosura, esa que es para mi cada día mi alimento y mi tortura. 

Solo eso me basta para desconectar y aunque solo sea durante un momento creer que puedo llegar a ser feliz, soñar que las sombras son solo el reflejo de una mirada que en este momento intenta buscar en medio de la noche ese color azabache que conozco tan bien….






No hay comentarios:

Publicar un comentario