miércoles, 11 de mayo de 2022

Solo quiero la luna...


Decía la canción “Solo quiero la luna”

Atento al tráfico pensé solo un momento en los deseos.

Y poco a poco desconecté. Deseos tenemos todos. Por muy satisfecho que estés en tu vida, siempre hay una cadena de deseos que nos ilusionan. El otro día me decía un amigo que lo tenía todo. Satisfecho me sonrío.

Después del primer sorbo del gin tonic le pregunté ¿todo?

Sí, me respondió, bueno, lo que está a mi alcance.

Turbado por mi sonrisa me pregunto ¿y tú? Espero que nunca tenga todos mis deseos satisfechos, le respondí.

Su cara cambió, si, pero no quiero más, estoy satisfecho ¿Qué más puedo pedir? Acabo de cambiar de coche y mi negocio va sobre ruedas… me dijo.

Solo bastaron unos segundos para que se desmoronara, sabes, me siento muy solo, me dijo.

Su cara era un poema, coche nuevo, dinero, poder y lo más importante…

Pero te tengo a ti, eres mi amigo, me susurro.

Pensé en lo superflua que era nuestra amistad, hacía tiempo que nos conocíamos pero nuestras vidas habían transcurrido a la vez juntas y separadas, juntas en unas veladas insulsas, cargadas de intenciones y a veces de alcohol.

Siempre me había llamado la atención su facilidad para abstraerse de los problemas delante de una copa, pero nunca me preocupo. Su porte, su imagen de triunfo se desmoronaba en cuanto le preguntabas por su vida.

Hoy me he dado cuenta de que es maravilloso querer la luna, que vale más una sonrisa, un beso o un abrazo que mil posesiones porque al final lo que valemos somos las personas.

Solo eso

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