domingo, 21 de febrero de 2016

Se quito las gafas


No recordaba desde cuando las utilizaba, sería la edad, se repetía una y otra vez. Aquella tarde estaba bastante harto del trabajo. Todo se reducía a un intenso día de problemas.

A Ulises le gustaban los problemas, a veces repetía que eran la sal de su trabajo. En su empresa y entre sus conocidos tenía fama por sus soluciones a veces imaginativas y audaces, muchas veces acudían a él para que les orientara ante cuestiones para ellos insolucionables. Acostumbrado  a bregar con ellos desde hacía unos años no le asustaban, pero, como él decía, había dos clases de problemas, los solucionables y los imposibles.

Hacía mucho tiempo que no se encontraba con uno de estos y aquella tarde una vez concluido el trabajo estaba allí en su coche intentando solucionar uno de ellos.

Con todos sus sentidos alerta bajo la mirada, por más tiempo que pasara no había podido acostumbrarse al desasosiego que le producía no encontrar una salida a la cuestión, conocía bien esa sensación.

Vamos se dijo, una mas no va a conseguir turbar mi sonrisa….


Luchare hasta conseguirte.



1 comentario:

  1. Con unos pocos rasgos, qué bien retratas a tu protagonista. Su personalidad luchadora, que se crece ante los retos. Me lo imagino como un hombre para el que la vida es como un juego lleno de acertijos. Me ha gustado mucho, Rafa. Un abrazo y enhorabuena.

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