jueves, 21 de mayo de 2015

Imagino por un momento


En medio de esta ajetreada mañana de trabajo quiero desconectar unos minutos.

Quiero pensar que salgo de aquí, me pongo a andar y encuentro a una persona que aprecio. El sol comienza a calentar y vemos una terraza, nos sentamos.

¿Qué podemos tomar a estas horas en que medio mundo esta aun desayunando?

Nada mejor que un gin-tonic. Se lo pedimos al camarero. Instantes después esta llenado nuestras copas.

A estas horas de la mañana la helada mezcla acaricia nuestras gargantas y nos produce una sensación genial.

Me encanta estar aquí al sol tomando esto en tu compañía, ¿se puede desear algo más?


De repente el teléfono suena y vuelvo a la realidad, la rutina de mi despacho.

Pero


¿Habrá existido ese momento en realidad?





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