martes, 28 de junio de 2016

Se asomó por la borda



El viento y las gotas azotaban su rostro. Su mirada estaba perdida en el horizonte donde un cobrizo sol intentaba ser absorbido por un mar azul verdoso. 


Que pronto habían pasado esas tres semanas, pensó, aún recuerdo cuando descendí de aquel avión. Allí te vi, lo cierto es que me sorprendí, pero nada decía de tu aspecto físico aquel anuncio.

“Busco mujer excepcional que quiera ser feliz a mi lado” decía aquel escueto anuncio, un nombre y un teléfono, nada más. Unos minutos más tarde pensé que porque no arriesgarme, ya era hora de probar algo distinto, de rehuir el orden y el método que acompañaban mi trabajo y mi vida.


Y me lance.


Como decía, mi sorpresa al verte fue mayúscula, largas conversaciones preparando este encuentro se resumieron en dos personas sonrientes con dos rosas en sus manos que serían la señal del encuentro.

Lo cierto es que había pensado en como serias todos estos días, unas veces te imaginaba como un elegante señor mayor calado de capa y sombrero, otras te imaginaba aventurero y audaz, otras veces joven y melancólico pero nunca te imagine como te vi aquel día. 

La sorpresa inicial fue sucumbiendo a tus encantos, poco a poco encontré una persona maravillosa que vivía solo y por mí, un cumulo de detalles y de versos con los que me obsequiabas cada día y que me hacían sentirme feliz.

Poco a poco me acostumbre a ti, a tu voz, a tu sonrisa. Tu no hablabas más que de futuro, yo de disfrutar este momento, tu anhelabas besar mis labios, yo tu compañía, poco a poco, te reproche aquel día y no volviste a besarme. 

Ayer tuve que decidir, volver a mi casa o empezar una vida a tu lado, al final peso más tu imagen que tu cariño, te rechace y te deje allí, a mi lado. Jamás olvidare tu cara en ese momento, alargaste la mano y trataste de sonreír.

Solo quiero que seas feliz, me dijiste, ni un reproche, ni un llanto. Giraste tu cabeza y te vi alejarte poco a poco, cabizbajo, derrotado.


 
Ahora mirando el sol me pregunto si no hubiera sido feliz quedándome a tu lado.



No lo sabré nunca… 



 

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