lunes, 18 de enero de 2021

El misterio del barco amarillo



Nunca había visto un barco amarillo por estos mares, con unas rayas de ese color si, pero enteramente amarillo no. Siempre eran barcos con varios colores los que portaban a los pescadores a trabajar.

Pensó:

¿Será un limón? O será una flor de azahar…

No, Tiene que ser un barco porque en el puerto y encima del agua está, volveré a mirar mañana a ver si sigue estando aquí. 

A la mañana siguiente salto de la cama y corrió al puerto en busca del barco amarillo. Allí ya no estaba, ¡¡porras!! dijo, y se enfado. Esta tarde volveré otra vez y si sigue sin estar esperare hasta la entrada de los pescadores para verlo llegar.

Dicho y ello, después de merendar volvió con su perro Otto y allí estaba. Dio un pisotón muy fuerte. Esto es un gran misterio le dijo a Otto mientras este le miraba y movía las orejas. Esperaremos a ver que pasa.

Jugando con su perro poco a poco cayó el sol y nuestro niño se quitó las gafas de sol. Volvió la cabeza y ¡¡¡Oh, horror!! Otra vez había desaparecido.

Otto, le dijo al perrito, has visto tú qué misterio… no se que pensar… Otto empezó a ladrar y con su hocico le tocaba el bolsillo del pantalón ¿Qué haces? Le preguntó ¿Qué has visto? ¿No me digas que has descubierto este terrible misterio?

De repente uno de los últimos rayos de sol le molesto, cogió las gafas de sol del bolsillo y se las puso. Jaja, Otto tienes razón jaja. Son mis gafas las que hacen que este barco sea totalmente amarillo, solo ellas…

Creo que realmente somos dos buenos detectives ¿no te parece? Otto lo miraba y meneaba su pequeño rabito.

Se dio la vuelta y con las manos en los bolsillos se marcharon a casa, esta tarde no quedan ya misterios por resolver ¿No te parece Otto? 


Mañana ya veremos…


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