Cada vez que me juntaba con algún conocido me hacía participe de sus buenos
deseos. Jamás pensé que me sentiría tan
solo.
Mis personas queridas se encontraban lejos, algunos estarian conmigo en unas
horas pero no me evitaban sentir ese vacío que me penetraba hasta el fondo de mi corazón.
Son ya muchos años y en la mayoría de ellos no he sentido nada de esto,
estaba muy ocupado en otras cosas, pero este año es especial, muy especial.
A veces el sentir que lo que realmente deseas esta tan lejos no consigue más
que perturbarte, dudar entre lo que haces y lo que realmente deseas hacer me
aterroriza.
Amaba la Navidad, creía que en esta época se hacían buenos todos los
deseos, hoy, años más tarde significa para mí una etapa más de transición, de
cambio entre nada y nada, es terrible.
Ojala pudiera volver atrás y ser esa persona que la vivía con una ilusión inusitada,
que creía en los valores, en las personas, en el amor y en el cariño.
Ojala
Qué triste, Rafael, pero qué bonito. Me has llenado de nostalgia por lo que fuimos, lo que creímos llegar a ser y por lo que somos. Me ha gustado mucho. Qué bien escribes. Un abrazo muy fuerte
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