Desde pequeña se había sentido especial. Poco a poco su vida fue desarrollándose, aquellos amigos, aquella vida, aquellas hijas, era feliz.
Estaba acostumbrada a trabajar pero ella tenía muy claro sus
prioridades y tomaron la decisión. Desde entonces entrego su vida a su familia.
Años más tarde descubrió la fuerza de sus manos, eran un
equipo, esa mente y ella. Poco a poco empezaron esas maravillas a salir de sus
manos, al principio no entendía el éxito que tenían, pero poco a poco lo comprendió,
una parte de su corazón estaba incluida en cada una de ellas.
Sorprendida, cada vez tenía más y más trabajo, era buena
señal pensaba, y dedicaba horas y horas para que aquellas muñecas, aquellas
partes de su ser, llegaran a tiempo.
Me faltan horas, pensaba, pero no terminaba de ser feliz.
Aquel día todo cambio….
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