En medio de esta ajetreada mañana de trabajo quiero desconectar unos minutos.
Quiero pensar que salgo de aquí, me pongo a andar y encuentro a una persona que aprecio. El sol comienza a calentar y vemos una terraza, nos sentamos.
¿Qué podemos tomar a estas horas en que medio mundo esta aun desayunando?
Nada mejor que un gin-tonic. Se lo pedimos al camarero. Instantes después esta llenado nuestras copas.
A estas horas de la mañana la helada mezcla acaricia nuestras gargantas y nos produce una sensación genial.
Me encanta estar aquí al sol tomando esto en tu compañía, ¿se puede desear algo más?
De repente el teléfono suena y vuelvo a la realidad, la rutina de mi despacho.
Pero
¿Habrá existido ese momento en realidad?
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