martes, 5 de abril de 2016

Acudí a la cita



No te había visto nunca, solo unas palabras por una red social. Al entrar en aquel pub el nerviosismo me impedía estar quieto. No sabia si vendrías….

Todo paso como un suspiro, un mensaje, varias palabras y unos días después allí estaba con mi boca seca, esperándote. Saber como serias me había impedido dormir aquella noche, después toda una mañana de desasosiego con solo una pregunta que me atormentaba ¿estarías allí?

Mire a la camarera y pedí una tónica, el ruido  me hizo preguntarme si la elección había sido correcta, otra pregunta para inquietarme aun mas.

Ojee mi reloj, era mediodía, pronto los niños saldrían de la escuela aquel lluvioso día, pero a mi alrededor todo eran preguntas….

Unos minutos después entraste, estabas preciosa. Pensé que solo faltaba una música que te acompañara, por ejemplo de Albinioni, mire tus ojos y me encontré en ellos. Un minuto después sentí que te conocía de toda la vida.

Entusiasmado hablaba sin dejar de mirarte, todo de ti me encantaba, te sentí perfecta y me dieron ganas de abrazarte para sentirte mas cerca de mi, para aspirar tu aroma, para sumirme en tus sueños de vida, de alegría y de razón, una razón que perdía a cada momento que estaba junto a ti.

Me hablaste de tu vida, yo de la mía, me narraste tus sentimientos, yo mis pasiones, cerré mis ojos y poco a poco empecé a entender que eras la mujer de mis sueños.

Entonces sonó aquel ruido, abrí los ojos y vi a ese doctor ceca de mi. Me puso su mano en la mía y con una sonrisa forzada me dijo que no había sido nada, que había tenido suerte de que el atropello hubiese ocurrido tan cerca del hospital.

Mi pecho me ardía, intente mirar y solo vi nubes, entonces comprendí que aquel había sido mi ultimo sueño….




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