La primera vez que actuó ya sintió ese
cosquilleo. Era muy joven y no pudo dormir la noche anterior. Después de una complicada juventud intentando dedicarla a su pasión logró encajar en aquella escuela de comedia....
La llegada a Barcelona fue dura, sus padres le dieron todo el dinero que tenían,
la felicidad de su único hijo era el objeto de su preocupación. Al dejarle marchar en aquel autobús
su madre comprendió en un solo instante, que se marchaba con él toda su felicidad.
Busco una pensión en el barrio de La Sagrera, fue lo más barato que pudo
encontrar y se lanzó a conquistar sus sueños. Para sostenerse económicamente se
dedicó a trabajar en todo lo que pudo, en esos años recogió fruta, fue
panadero, pescadero y tendero. Descargo camiones y hasta algún que otro barco,
pero al salir del trabajo era otra persona, se dedicaba a recorrer, preguntar y
dejarse ver.
Buscaba en la puerta de los teatros la oportunidad de conocer, de aprender
de aquellos que admiraba y mientras tanto soñaba que algún día pisaría aquellos escenarios, que oiría
los aplausos y los vítores.
Bendita juventud, soñaba despierto.
Bendita juventud, soñaba despierto.
Una tarde de domingo se fijó en él una anciana. Ella siempre asistía
a todos los estrenos que tenían lugar en aquel teatro. Se le acercó y lo observó. Después
de un rato envió a uno de los porteros a buscarlo y le invito a ver la obra con
ella.
Estuvo toda la obra mirándolo, lloro al ver la emoción en sus ojos, en sus manos, en su cara, le
recordaba tanto a ella….
Una vez acabada la obra le preguntó si sabía quién era ella. No, le
contesto. Mejor, pensó. Mañana ven a las cinco y te presentare a unos amigos. Al
día siguiente la anciana le presentó a un grupo de personas. A el le llamó la atención
como era tratada por ellos, la reverenciaban e idolatraban. Lo presentó como su protegido y
narro casi con sus mismas palabras el amor que él sentía por el teatro.
A partir de aquel día fue feliz, primero en aquella escuela y después en
una vida plenamente llena por el teatro y la comedia.
Con el paso de los años llegó a ser una gran figura del teatro, y cuando ya mayor decidió dedicarse un poco a sí mismo, hacia algo que ninguno de sus amigos comprendía:
Con el paso de los años llegó a ser una gran figura del teatro, y cuando ya mayor decidió dedicarse un poco a sí mismo, hacia algo que ninguno de sus amigos comprendía:
Cada estreno recorría los
alrededores del teatro buscándose.
Tienes el don de emocionarme con tus historias, Rafael. Me tiraría horas leyéndolas. Hay tanta belleza y tanta ternura en ellas. En esta me ha impresionado mucho la última frase. Cuántas veces nos perdemos en nuestros sueños. Felicidades y un abrazo muy fuerte
ResponderEliminarGracias una vez mas Ana. Eres un cielo
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