domingo, 25 de febrero de 2018

Al principio le daban miedo.



Mi infancia fue difícil, los recuerdos se difuminan entre la lluvia y los humos de Bilbo Pero aquel día lo recordaré siempre, apenas fallecido mi padre, me echaste de casa.

Me encanta ver el paisaje desde las ventanas de mi caserío.

A partir de ese momento todos mis recuerdos se tiñen de gris, de ese color que tamiza la lluvia al pasar por las chimeneas, esa  lluvia que cae un día si y el otro también.

Tengo sueño, ese sueño que no termina nunca, que me impide a veces hasta sonreír, pero hoy no quiero acostarme porque tengo miedo, miedo a no despertar.

Y llegaste, ¿qué haría ahora sin ti? Te recuerdo recién nacido, como lloraba de alegría al verte, tu, que eres mis ojos, mi corazón y mis suspiros. Se que tu vida es mas difícil aquí en el caserío cuidándome día a día.

Este verde me tiene enamorada, me pasaría las horas mirándolo y soñando correr por encima de la hierva con mis pies descalzos, tirarme al suelo y levantarme una y otra vez.

MI vida junto a ti no fue fácil, incluso llegue a pensar que no existía la felicidad mas que en la televisión, hasta que un día la enfermedad te llevo. Deje el piso y vine aquí arriba.

Después vinisteis vosotros, al principio os temía, pero poco a poco me enseñasteis a confiar, y esa tranquilidad que siento cuando estoy a vuestro lado… pero no puedo dejar solo a mi hijo, es lo más bonito de mi vida, a el no.

Hoy he visto la cara que has puesto al decirte que nunca me habían regalado una flor y has ido a comprarme una preciosa, he visto la ternura de tus brazos, y el amor en tu mirada.

Pero debes de comprenderme…


Y recuerda comprarte la pirámide, recuérdalo…




* Bilbo es Bilbao en euskera.

1 comentario:

  1. Qué preciosidad, querido Rafa. Como siempre es una delicia dejarse llevar po tus palabras y los sentimientos que describen. Un abrazo muy grande y felicidades

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